lunes, 15 de octubre de 2012

Apetecible, naturaleza viviente


Al que le guste la fruta le tiene que resultar muy gratificante el presente bodegón, que yo titulo naturaleza viviente.
Primer punto, composición para efectuar la pintura, una mesa de color oscuro, sobre ella un paño blanco, un jarrón de color turquesa (color frío), con unos dibujos grisáceos y dorados.
Segundo punto, una copa con unas gotas de vino.
Tercer punto, una hermosa cesta trenzada que puede ser de paja trenzada o metálica, con una hermosa asa también del mismo color dorado. En el interior de la cesta tenemos dos manzanas, una roja y una verde, lo que quiere decir que son manzanas de árboles distintos, o también que una está madura y la otra verde. Acompañando a estas dos hermosas manzanas tenemos una pera de color amarillento oscuro, lo que quiere decir que está madura. Fuera de la cesta tenemos tres clases de uvas, la uva verde, la uva oscura y algo rojiza y al otro extremo tenemos la uva más oscura que puede ser la uva dulce (moscatel).
Para poder pintar este cuadro se jugó con las frutas haciendo esta composición de fruta distinta, con distintos colores pero agrupadas entre sí, sin olvidarnos de las rojas cerezas.
Para poder efectuar este cuadro con la perfección que representa el presente óleo, creo que fue necesario un punto de luz o rayo solar entrando por una ventana para darle relieve a la cesta, a su contenido y al resto de la fruta.
Las hojas de la parra dan un hermoso contraste al cuadro, aunque estas no son comestibles.

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