Cuando el dolor sirve de ayuda para poder levantarse una vez tras otra del propio dolor, en recuerdo al hijo que se fue. Ese dolor y su espíritu valiente levantó al padre de su pérdida, mediante la ilusión de hacer algo en su recuerdo y a su vez recuperó las ganas de vivir y a volver a incorporarse a su profesión- profesión tan bonita que nos da calor de hogar y monumentos para generaciones presentes y posteriores.
Ese espíritu de lucha es un ejemplo a seguir en cualquier momento de la vida y en cualquier actividad de la vida, y que con la experiencia adquirida nos hace más sabios y más fuertes.
Adelante: el querer y el poder van cogidos de la mano.
Para más información, véase el artículo "Sin Lucas no sería posible la Expo de Zaragoza".
Panorámica de la Expo de Zaragoza.
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