En el año 1987, hicimos un viaje con empresarios gallegos de las 4 provincias a Amsterdam y a Bruselas.
Viaje único e irrepetible habiendo sido recibidos por el alcalde de Bruselas.......
En una de las visitas en la ciudad de Amsterdam, hecha a las 16:00h tuvimos que dejar el autobús desplazado a unos 300 mts. de distáncia, produciéndose una intensa tormenta de agua que no daba señales de parar, y tuvimos que abandonar la visita lloviendo, lo que ocasionó que nos mojaramos todos, yo recuerdo que llevaba un traje de piel como el de la modelo pero de distinto color.
Una vez dentro del autocar sentía un frio estremecedor que era generado por la piel del traje que llevaba puesto (piel animal sobre mi cuerpo).
Una vez llegados al hotel la persona encargada de la excursión Eliseo Barbeitos (sociólogo), nos aconsejó un baño o ducha muy caliente y luego descanso, hasta la hora de la cena. (para evitar una posible neumonía... etc...).
El traje de piel lo puse sobre una silla próxima al radiador, al día siguiente estaba seco pero lleno de bultos, lo que me ocasionó un pequeño disgusto. Cuando regresé a Galicia visité al fabricante Fabripiel y me aconsejo que me comprase una caja grande de Nivea y se la diera a lo largo de las 2 prendas (chaqueta y falda), por tramos, así hasta terminar. Y una vez las prendas secas les pasara un paño de algodón en las mismas condiciones.
Al día siguiente lleve el traje al fabricante y me lo paso por la plancha, sin dejar rastros de la experiencia vivida con las aguas holandesas.